QUIEN SOY

¿Quién soy yo?
Esa es una buena pregunta que la mayoría de veces no sabemos contestar porque desconocemos nuestro propio ser.

Hay personas que costantemente buscan la aprobación de otros para tener un punto de referencia o de seguridad. Como esa amiga que va de compras acompañada y contínuamente pregunta: ¿Cuál de las dos prendas te gusta más? Y al final el armario de la persona que va a comprar se parece menos a los gustos reales de ella que a los de la acompañante.

Por otro lado, definir los defectos y las virtudes de los demás es una tarea que a muchas personas les parece menos compleja que definirlos para ellas mismas. Así, cuando les preguntan ¿Cómo es ella o él? Empiezan a hablar con fluidez y seguridad, poniendo ejemplos reales que acompañan a cada adjetivo que proyectan. En cambio, cuando les pides a estas personas que se definan ellas mismas sufren un paradójico y extraño mutismo.

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